Los argumentos esgrimidos por la agencia gubernamental responsable (la FAA) son dos:
- Los teléfonos móviles podrían interferir en la aviónica de algunas aeronaves.
- Los teléfonos móviles en vuelo podrían causar problemas en las estaciones base de telefonía móvil en tierra.
Siempre según el artículo, la líneas aéreas estarían interesadas en esta prohibición por el ahorro de potenciales problemas que supone: conflictos entre pasajeros por actitudes poco educadas, información recibida desde tierra que podría intranquilizar a los pasajeros en caso de haber algún problema con el vuelo… Los operadores de telefonía, por su parte, tendrían que introducir múltiples mejoras en sus sistemas para evitar que los teléfonos móviles de los aviones, moviéndose a cientos de kilómetros por hora, provocasen fallos en el servicio. Finalmente, el gobierno se ahorraría la necesidad de inspeccionar cada modelo de móvil para asegurarse de que no provoca ningún efecto secundario no necesario en las aeronaves.
La conclusión del artículo es que los motivos dados por el gobierno y las líneas aéreas para prohibir el uso de teléfonos móviles en los aviones son falsos, la única razón de esta prohibición es que es la solución más cómoda y barata. Para el gobierno, las aerolíneas y las empresas de telefonía; pero no para los usuarios.
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